miércoles, 12 de enero de 2011

Tu cicatriz.

Todo sucede por algo. Y por eso pasó, que ella se enamoró, lo dejó todo. Todo. Todo lo que pensaba que era y sería su vida se esfumó. Cambio de esquemas. No importaba, tan solo mirarle a la cara ya merecía la pena. Era una apuesta arriesgada, y arriesgó. Parecía el primer amor, el mas intenso, y eterno.Estaba dispuesta a dedicarle cada segundo de su vida. Qué tonta. ¡Eso no existe! nada es para siempre, aunque su alma , su razón, su corazón y todo su ser le decían que así seria.
Unos cuantos meses en la nube. Si se paraba a pensarlo, siendo tan perfecto no podía ser real, algo estaba mal. Tan poco tiempo y tanto amor... era el mismo amor del primer día, INFINITO.

¿Alguien ha sentido que su corazón deja de latir, literalmente? Ella lo sintió. Se derrumbaron todos esos sueños, esos planes. Como si la hubiesen golpeado con la mayor fuerza del mundo. Aquel instante si que fue eterno.

Las personas somos así, y cuando tenemos algo no lo valoramos. Paulo Coelho escribió: "Todos los días Dios nos da un momento en el que es posible cambiar aquello que nos hace infelices. El instante mágico es el momento en el que un sí o un no pueden cambiar toda nuestra existencia." Ese instante cambió la suya para siempre. No fue ni un si ni un no. Fueron palabras que aun hoy puede recordar, y que desmenuzaron su corazón. Una verdad que surgió de una mentira.En eso quedó reducido todo, en una mentira.

Cuanto drama, ¿no?

NO... es dificil de entender que algo que no puede palparse, como los sentimientos, provoquen algo tan real como el dolor. Y asi lo sintió ella, así se borraron todos esos recuerdos de lo que nunca sucedió.
Siempre resulta sorprendente que parte de la vida es ocupada por momentos significativos. Con frecuencia, pasan una vez, y aún antes de empezar, dejan una luz para el futuro. Y hacen de la persona que los origina alguien inolvidable.





El tiempo pasa, dejando cicatrices. Son el signo de una vida intensa, tienen la virtud de demostrarnos que el pasado ha existido, de recordarnos que fue real.
Ella carecía del valor de olvidar. Los recuerdos no se eligen, se tienen, porque son engramas, como cicatrices en la cabeza... y a pesar de todo, el era, es, y será su cicatriz favorita. Al fin y al cabo cualquiera que haya amado tiene una cicatriz.

No olvides jamás lo que le costó toda una vida aprender: sólo tenemos un corazón, y hay que serle fiel.

1 comentario:

  1. Me encanta!!Qué gran verdad Bean,has conseguido escribir como a veces cuando no sé a que atenerme,me siento así.
    Gracias por pasar siempre!(L)
    Te loveo =)

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