lunes, 20 de diciembre de 2010

Solo porque no te hable no quiere decir que no te extrañe... Por ahora, solo espero que empieces a echarme en falta.

Y pensar que han pasado tres semanas y yo sigo sufriendo. intentando volver a mi vida sin tenerte por aquí.
Y pese a que por fin puedo analizar toda aquella rebelión de sentimientos que me inundaban, que florecían día tras día, minuto a minuto que pasaba en tu compañía, todo aquello parece haberse evaporado.
Y me sigo preguntando por qué el tiempo pasa tan rápido, por qué no se para y me escucha hablar. Por qué no se para y espera, mientras escucha mis lentos latidos, pesados, casi inaudibles desde que te fuiste.
Me preguntan cómo me siento, si voy mejor, o si te he olvidado. Mientras otros me siguen preguntado por mi "novio virtual" mientras arquean las cejas, mientras pienso, una vez más de tantas que yo nunca he mencionado la palabra novio...
Y sin contestar, me limito o bajar la mirada. Me acuerdo de lo especial que me sentía al ver lo que me transmitías, lo que me hacías sentir a diario... Pero solo se quedan en eso, pensamientos que jamás volverán a tomar voz propia, porque supongo que ya es tarde.
Intento convencerme de que estoy bien, de que ya no hay ningún vacío que me abduzca, que ya me olvidé de que una vez exististe en mi vida. Pero sólo consigo mentirme, y, cómo el resto de las veces, hacerme más daño a mi misma.
Y lo que más me duele, con diferencia, es que siempre te defendí. A ti y a nuestra extraña relación, pensando que eras diferente. Y ahora, preguntándome tantas veces por qué, he caído en la cuenta de que los hombres, sea a los seis años, a los quince, a los veinticuatro, o de cuarenta para arriba, están diseñados para hacernos sufrir, uno tras otro.
Y aún así, no podemos vivir sin ellos.
Y aún así, no sabemos vivir sin ellos.
Por eso, porque no puedo vivir sin ti, y porque a la vez de cuando en cuando me daban impulsos para mandarte a la mismísima... LEJOS. Hoy declaro que tengo debilidades, demasiadas. Y me declaro culpable. Culpable de seguir escribiéndote, de no olvidarte, ni saber si quiero o no. Culpable de no dejar de pensar en ti pese a dolerme, de quererte más que a nadie pese al daño que me hiciste.
Puede que sea mi manera de pensar, y que al fin y al cabo no todos sean iguales, pero mis esperanzas se han acabado. Y pese a eso, mis máscaras están todas gastadas. No quiero volver a llorar, ni a fingir una sonrisa, solo expresar tal y cómo te siento a través de mi propia alma, aún mutilada.
Puede también que yo exija mucho, que no sea suficiente lo que demuestran, que no lo hagan demasiado notable o que yo no me de cuenta de todo lo que hacen por mi. Pero lo único que veo hasta ahora son lágrimas. Noches en vela rodeada de pañuelos, tumbada en una cama que tantas veces me ha visto llorar, me ha visto sonreír o revolcarme de la risa. Ha sufrido conmigo, y ahora, como una madre silenciosa me arrebuja y me proteje del dolor. Me hace soñar, sutil y extrañamente, que un día exististe, pero que seguías por aquí, y estabas a mi lado.

Curiosa y extraña noche de diciembre.
Cerca de empezar la Navidad, no será lo mismo si no estás.


Te echo de menos.

1 comentario:

  1. Felices fiestas!!

    Queria comunicarte que he transladao el blog a la siguiente dirección, para que no me pierdas la pista y creas que he abandonado el blog.
    http://www.urbexpain.com

    A mano derecha tienes para registarte y seguirme desde la nueva página.

    Disculpa la charla, ya creare un tema en el blog redirecionando ;)

    Un saludo.

    ResponderEliminar