domingo, 26 de diciembre de 2010

Tiene usted un mensaje.


A mi misma, aunque debería haberlo pensado hace unos meses.


-¿Puedo tutearte?


-Claro, estoy hablando conmigo misma. 


-Bien. El amor no es una mierda, no. Es una puta mierda, que es algo diferente. 
Pero es indispensable. 
Dime, ¿Cuantas veces te has mordido la lengua? ¿Cuantas veces lloraste por él? 
Si, vale, no contestes. Lo sé. 
Pues ahora te vas a levantar de esa cama, y te quiero ver bien arriba, muy arriba. 
Y que juegues sus mismas cartas. Sé inteligente, y no dejes que te engañen más, por favor. 
Trata como quieres que te traten, y devuelve tus favores. Y las putadas también. 
Disfruta del amor, ríete, llora, de alegría. Abraza, bésale, encapríchate, cuéntale tus cosas, haz de eso algo grande, ya llegará lo que tendrá que llegar. 
Haz de todo, pero por favor, bajo ningún concepto; te enamores.

1 comentario:

  1. Bueno… a ver como expreso yo esto…
    MILLONES DE GRACIAS por pasarte por mi blog.
    Y tras leer varias de tus entradas me quedo con esta.
    Porque es verdad, y porque, alguna que otra vez, yo también me he sentido así; y me ha gustado un montón como has sabido expresarlo, ese empuje que a veces no llega y nosotras mismas nos tenemos que dar.
    Muchas gracias, y ni lo dudes, te sigo y ya formas parte de mi barra de favoritos :D
    Saludos, Estef.

    ResponderEliminar