jueves, 9 de septiembre de 2010

Es la verdad

De los tantos defectos que tengo, los más sobresalientes son mi inseguridad, mi falta de constancia y mi orgullo. Sí, inseguridad para empezar hacer algo, y si lo empiezo falta de constancia para terminarlo y si tropiezo, orgullo para levantarme y seguir.


No me gusta la derrota, de hecho, me parece que todo ser humano debe valerse por sí mismo y no depender de nadie, ni siquiera emocionalmente y si tropieza no debe permitir que lo vean, porque esto puede ser motivo de burla o peor aún, se pueden aprovechar de tu estado vulnerable para sacar algún provecho (estas líneas que acabo de escribir sólo demuestran lo mal pensado que se puede llegar a ser, y eso es otro defecto).
No es fácil reconocer tus defectos como persona, es más, yo diría que todos hacemos el examen de consciencia, sabemos en qué fallamos, pero pocos hacen el intento de cambiar, y soy constante en esa afirmación porque muchas veces he hecho ese examen de conciencia y pocas veces he corregido esos errores, a veces creo que los engrandezco más.

No es malo tener defectos, de hecho, todos los tenemos, lo malo es no corregirlos y peor aún no reconocerlos y cuando hablo de reconocerlos no es de gritarle al mundo que los tienes, me refiero a saberlos llevar, a convivir con ellos y a mejorarlo, digo convivir con ellos porque hay defectos que no se pueden quitar y esos defectos que no se quitan, son los de afuera los que te hacen sentir de uno u otro modo diferente de los demás, ya sea porque eres bajito, gordo, con la nariz chata, en fin.

Los llamo defectos por qué así le llamamos a la gracia de Dios. Sí la gracias de Dios es ponerte en este mundo de una forma u otra y esa gracia que nos parece fea… Le llamamos defecto, y después nos quejamos porque las cosas no salen bien, y ¿cómo van a salir bien si no estás conforme con lo que Dios te ha dado…? ¿O es que a él le agrada que desprecies el regalo de vida que te dio?

La vida de cada una de las personas de este mundo está llena de dificultades, unas más grandes que otras, todo depende de la forma como lo veas. Todos tenemos a alguien que queremos mucho y a alguien que no nos quiere, todos tenemos amigos, enemigos, aunque no queramos admitirlo; verdaderos amigos y otros no tan verdaderos; problemas económicos que otros quizás no los tienen, pero eso realmente no me influye a la hora de elegir a alguien, no me influye a la hora de hacer amigos, ni de enamorarme, las cosas pasan y ya, en fin.

En tantas cosas nos parecemos los unos con los otros, pero lo que nos hace diferente es la forma de ver la vida y como la enfrentamos y eso está en ti.

No mires tus defectos como un defecto, míralos como una invitación a ti mismo y a los demás de mejorar. Recuerda, el que escribe estas líneas es un ser humano como tú, quizás con más problemas que tú, con más defectos que tú, pero con las mismas ganas que tienes tú, de querer ser mejor.

Me cansa la gente que anda insultándote y luego pocas cosas a la cara. Eso es otro defecto, ser cobardes, pero es un defecto mentiroso, un espía, porque todo ser humano que lo tenga se pensará superior, se piensa que lo que hace "mola" o "no hace daño a nadie. O solo hiere a la persona de la que se habla, sí, ese bicho del que nos reímos tanto" porque claro, no es una persona, ¿no?

Pues no señoritos, aquí todos podríamos sacar de todos y todos aprender de todos. Yo empezaría la primera, pero como he dicho soy demasiado insegura, poco constante y muy orgullosa para empezar y terminar el proyecto. Un proyecto que si hiciera todo el planeta, existiría la verdadera perfección. Pero eso solo son sueños. Y yo no soy Ghandi, por lo que me conformo con estar enamorada y saber que yo sí estoy aprendiendo, y que estoy creciendo como ciudadana x, si, me gusta ese termino, porque nadie es mas que nadie, ni nadie menos que nadie, son solo las apariencias que queremos ver las que nos hacen mejores o peores. Son nuestros actos los que nos hacen ser mejores o peores personas/ciudadanos. Porque solo somos eso, ciudadanos anónimos que generalmente seguimos como hormigas al mas fuerte, y desprotegemos al mas débil. Pero al final lo único que cuenta es lo que uno ha aprendido en la vida, hacer una reflexión. Lo realmente importante es sentirse a gusto con uno mismo y estar orgulloso de cada proyecto, de cada sueño cumplido. Morir feliz sería morir con lo que has querido tener, morir sabiendo que has dado lo mejor de ti en tu primera vida y la mejor te espera ahora, sabiendo que has dejado atrás un mundo cruel, pero al que le has aportado tu granito de arena para mejorarlo. Duele dejar atrás a lo que has amado, a lo que has construido, o en el caso contrario, duele perder a lo que amas. Pero si no existiera la muerte, muchas malas personas que no aportaban al mundo, seguirían haciendo de este planeta algo nocivo para el universo.
Empiezo hablando de defectos y acabo con reivindicaciones y filosofías propias, en fin...

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