Felicidades Bocadillodeatún. ♥.

NOTA: Siento haber tardado mientras lo pasaba del papel al ordenador. Víctor, pronto te llegará :). Te quiero.

17 de Septiembre de 2010.

Cuando era pequeña. Al llegar a La Línea, siempre te buscaba a través de la ventanilla del coche. Si estabas, me bajaba de éste antes de que mi padre lo aparcara. Si no estabas, me tiraba horas dándole la brasa a mi madre para que me llevara a tu casa.

Aún no he sido capaz de comprender por qué sentía tal adoración hacia ti. Tampoco quiero buscarle la lógica, porque está claro que siempre has sido mi primo favorito, y seguramente nunca dejarás de serlo.
Todos crecemos. Maduramos y vamos dándole forma a nuestras vidas. Unas veces, cada uno por su lado, y otras, con la ayuda de los que más queremos. Esa ayuda, la he ido obteniendo de todos y cada uno de los que me rodean. Pero la más significativa, quizás, haya sido la tuya estos últimos dos años.

Conforme hemos ido creciendo y cambiando, las cosas que hemos compartido han evolucionado con nosotros. De pequeños, compartíamos auscultadores de juguete, gel de baño y agua de ducha. Luego pasamos a compartir los discos del Canto del Loco. Hasta hace poco, que sin necesidad de previo aviso, comenzamos a compartir nuestras vidas. Noches a oscuras y silencio, fueron los cómplices de nuestros intercambios de confidencias y consejos. Así, hasta llegar a un punto en el que nos conocemos tanto que no se necesitan palabras para expresar lo que queremos. Hasta llegar al punto, de que sabemos tantas cosas del otro, que a veces nos asusta el impulso de seguir contándolas.

Desde que nací, he sido la única chica de la familia García Haro. La única nieta, la única prima, la única sobrina… Y he acabado aceptando, que siempre será así, que no va a cambiar. Sea bueno o malo, con el tiempo, lo he ido asumiendo, pero siempre he intentado integrarme. Aunque no siempre lo haya conseguido.

Ahora te hablaré un poco de ti. Para los que no te conocen, te verán… No sé como te verán, porque te conozco bastante bien, y creo que sobran las palabras para decirte como te veo yo. Dado que lo voy demostrando poco a poco.
En estos años, en los que hemos pasado de un extremo a otro. En los que hemos cambiado quizás, más rápido que nunca, en relación cambios-tiempo... Estos años nos han servido para conocer lo que realmente somos y lo que nos marcará para siempre. Así, dentro de unos años, podré decirte “Cuánto has/hemos cambiado estos años”, “¿Te acuerdas de…?” acompañado de unas risas, o “No has cambiado nada… Nunca cambiarás” quizás acompañado de un sonoro beso en la frente, que ya poco me queda para dejarte bajito.

Hoy, y dentro de un año, en el que tu vida va a cambiar más, quiero estar presente de alguna manera. Dado que por circunstancias de la vida, de experiencias o simplemente de lo que yo pienso, la distancia para mí no resulta un problema. Los diecisiete, al igual que los catorce o los dieciocho, marcan una cruz especial en el calendario de nuestra existencia. Ya sea por los grandes cambios, por las experiencias, por nuestros actos, o por nuestra manera de ver la vida, que junto a nuestra edad, va evolucionando.

Ahora, estamos en edades en las que nos gusta soñar con nuestros futuros perfectos, y al igual que digo en una de mis entradas del blog, unos conseguiremos nuestras soñadas vidas felices y perfectas, junto a la persona perfecta, con el trabajo perfecto y en el lugar correcto; mientras otros no lo tendrán tan fácil, sea por lo que sea.
Dentro de unos cuantos años, cuando nos salgan arrugas y quizás estemos rodeados de retoñitos, te recordaré una de las muchas conversaciones que tuvimos acerca de nuestros futuros, ¿recuerdas? Creo que con solo dos meses de edad que tienen esas conversaciones, las cosas ya han cambiado bastante. Al menos para ti.

Voy a ir finalizando este regalo extraño y especial, deseándote suerte para tus soñados diecisiete, aunque ya poco te queda por probar.
No sabía qué regalarte, ni siquiera estoy segura de que esto sea la mejor manera de desearte feliz cumpleaños.
No soy muy buena en esto de los regalos, y había pensado que, dado que mi nivel económico se encuentra ahorrando para mis “estudios de lujo” como dicen mi queridos papis, esto podía hacerte una pequeña ilusión, podía alejarte de algún problema o simplemente, hacerte recordar, reír, o captar la idea que siempre intento inculcarte: Que estoy aquí PARA LO QUE SEA.

Por tu eterno apoyo, tu ayuda, tus consejos, tus chistes. Por que no pierdas la gracia, el garbo o el desparpajo. Por que siguas siendo tú mismo siempre. Y por que la vida nos sonría un poco a los dos, que nos va haciendo falta.
Gracias por estar junto a mi, en los peores momentos de mi vida: los catorce años. Gracias por tu cariño, tus abrazos, tus ánimos. Gracias por tu paciencia, por tus sonrisas, por tu tiempo. Gracias también por los buenos momentos. Y gracias por todas las cosas que no debemos contar.
Por el que será el mejor año de tu vida.

La incondicional. TU incondicional. Bean.