jueves, 23 de septiembre de 2010

NEW AUTUMM

Hoy me pregunto ¿quién ha puesto las reglas en el amor?
Si la excitación que antecede al encuentro, y después de él es la misma, o si tienes 20, 30 ó 50.
El mundo son sensaciones. Se repite con cada nuevo amor, con cada nuevo amanecer y se va con el día, con la aplastante realidad que nos invade por el resquicio de la puerta.
Hoy me doy la oportunidad de volver a sentir, de volver a intentar sabiendo que tal vez mañana el amor se vaya con la última estrella de la noche. Pero por breves instantes en que dejo de respirar, vuelvo a vivir, al fin que, ¿quién dijo que el amor debe tener reglas? ¿Y quién dijo que el amor estaba más cerca de lo que esperabas?
¿Y quién me puede decir que no debo o no puedo?  Si cada vida tiene sus propios miedos y deseos. Deseos que te hacen perder la razón por una noche para entregarte sin reservas nuevamente. Como la primera vez.
El otoño se acerca, apresuro el paso antes que el último "amor" de mi vida pase de largo sin siquiera saberlo, y el frío invierno me sorprenda.
Desde aquí puedo ver los tonos marrones de las hojas que esperan caer con las primeras lluvias. Desde aquí, también veo aquellas sierras vestidas de un blanco que resplandece, víctimas del eco, esperan al sol para ayudarle a salir de entre ellas, vergonzoso.
Si el otoño está próximo a llegar no dejaré que se consuma en un mar de dudas, si mi cuerpo y mi alma anhela tu frescura, en mi piel, en mi ropa. La ilusión del primer amor, con los detalles cursis, con esas charlas eternas en las que el tiempo se esfuma.
En esta tarde fría, hace frío, voy caminando entre las ráfagas de viento que golpean mi frente y mecen mi cabello como si arrollaran el dolor.
Tarde fría, las hojas caen por el instinto de gravedad, caen porque sus fuerzas se han acabado, caen por que ya no quieren vivir. En este mundo de dolor.
Hace frío, un torrente sanguíneo recorre mis arterias como si estremeciera todo mi cuerpo. Olvidé ponerme la chaqueta como un día olvidé sonreír.
Voy caminando, temblando de frío, solo diviso las nubes, allí, en lo alto.
Y por un momento, vestidas de novia para casarse con el otoño, me hacen soñar que estoy ahí, contigo. Voy temblando y no llego a mi destino.
Las ráfagas de viento golpean mi frente y solo reciben de mí, un triste suspiro que las hace regresar a las nubes.
¿Quién dijera que la tristeza hace volar a los suspiros?
¡Nadie! Solo se hace sin rezongo de nadie, solo actúa de acuerdo al grado de tristeza.
Siento frío, veo caer las hojas de los árboles, diviso las nubes volando con sus nuevos  vestidos blancos y llorando de la emoción...
Mientras tanto yo. Estoy en una tarde extraña. Hace frío. Voy caminando sin calcetines y en manga corta, entre las ráfagas de viento que golpean mi frente y mis manos blancas por la poca repercusión solar sobre ellas…
Voy buscando lo que nunca encontraré. Porque no sé lo que busco. Solo sé que lo necesito para que me ayude a seguir. Que me dé la mano cuando caiga. Y que me haga ver el mundo con otros ojos, aunque sea a través de los tuyos y así algún día llegar a saber lo que ves en mí sin necesidad de ser Rappel...

2 comentarios:

  1. WAW!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Lo has escrito tú?ME ENCANTA,ME APASIONA!!!!!!!!!!!Sí,sí,maravilloso,mi vida,vaya!!
    TQ

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  2. jajajaja claro cieloo.
    GRACIAS !!!
    teeequiero

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