viernes, 17 de septiembre de 2010

MI PRIMERA REDACCIÓN DE LENGUA, TEMA LIBRE. 3ºC.

Ojalá pudiera olvidarte. Pero, ¿puedo? …¿quiero?
Dicen que los buenos momentos son difíciles de olvidar. Así como tú no sales de mi cabeza, aquellos malos también los recuerdo, aunque no me resienta por ello. Debe ser, y sé de hecho, que los recuerdos que se fijan con más intensidad fueron incorporados de la mano de un contexto emocional fuerte.
A veces las luchas internas, las indecisiones, nos llevan a lo que podría ser un “conflicto cerebral”. En el que los dos lados, totalmente distintos y a la vez tan parecidos, discrepan, te hacen dudar y a veces te conducen a la desesperación. Por un lado los recuerdos de todos aquellos momentos que te hicieron tan feliz. Por otro, nuestra cabeza sigue disparando imágenes y reacciones corporales. Es entonces cuando tu recuerdo me ha quedado guardado con fuego.
Entonces, ¿por qué después de tanto tiempo sigo recordando los primeros días? ¿Por qué esas imágenes y sensaciones secuestran mi cuerpo?
Cuanta mayor información se ha ido grabando a ese afecto, en cantidad o calidad, más sensaciones van a seguir siendo enviadas. Así como los olores, sensaciones auditivas y procesos de pensamiento.
Entonces es cuando apareces tú y revuelves mi tranquilidad, el fluido de mis pensamientos y el pelo de mi nuca. Es cuando le das un giro a mi vida tan irreversible, que no veo un futuro en el que estés lejos, emocionalmente al menos. Entonces es cuando me viene a la cabeza eso de “El tiempo ayuda a olvidar”. Cosa con lo que yo, personalmente, no estoy de acuerdo del todo. Eso de que con el tiempo los recuerdos vinculados a alguien vayan perdiendo peso. Creo que depende de quien sea esa persona. Si es la “primera”, la que estuvo más tiempo “ahí”, o simplemente y sin más dilación, la que de alguna manera te hubo marcado para siempre. Como es, y será tu caso.
Si que es verdad que el tiempo cura, incluso las penas relacionadas con eso que llaman amor. Aunque yo no creo en esa palabra como tal. Amor. Respecto a eso, podría decirse que pienso igual que un amigo, algo así como que esa palabra se la ha sacado alguien de la manga para decir que lo que se siente es un “cariño especial” por alguien, mezclado con atracción física. Y con algunos factores más, no menos importantes por no ser citados.
Bueno, hablaba de tiempo. Hay que tomar decisiones, y a veces la decisión que hay que tomar es decir adiós a esa estapa de nuestra vida y decidirnos a hacer el duelo correspondiente. Y sé que es importante vivir en el presente, ya que si nos instalamos en el pasado nos quedaremos en ese momentos, que si nos instalamos en nuestros sueños, viviremos una realidad paralela, y no nos daremos cuenta de todas las oportunidades que se nos presenten. Incluso todo aquello que llegará a parecernos mejor, lo mejor, nos vendará los ojos, nos tapará los oídos y nos atará las manos a otras manos que creímos nuestras. Y puede que en ocasiones lo sea, al igual que pueda que no.
Lo mejor es ser capaz de volver a estar abiertos a la felicidad, de la mano de nuevas experiencias, sensaciones, nuevas imágenes y nuevos recuerdos.
Aunque tú aún sigues aquí conmigo, sigo con el miedo a que te borres, a que seas un espejismo. Al igual que sé que nunca te podré olvidar. No querré hacerlo. Pase lo que pase.

No hay comentarios:

Publicar un comentario