domingo, 7 de noviembre de 2010

Las caricias hablaban demasiado bajo...

Últimamente extraño tus caricias. Llevo meses esperándote, aunque realmente no sé a quién espero. Últimamente son más los reproches que los besos, Porque nunca ha habido besos como esos, corazones que laten a la vez que un byte.

En el tren de nuestras vidas el viaje ha sido largo. Muy largo. Uno de los tramos, lo hemos hecho juntos. Menudo verano. El paisaje diferente en cada lugar. A veces un verde prado, otras una oscuridad inescrutable, cómplice del silencio interrumpido por el hitting de unas teclas. Momentos de incertidumbre, momentos tristes, momentos serios, momentos de risa, cómicos, patéticos, y otros de una belleza indescriptible.
Tomar ese rumbo ha sido tu elección, a veces mi elección. Algunas otras de los dos pero cómo cuesta a veces decidir a donde ir.
A veces nos alejamos y otras no podemos estar más cerca porque nos fundiríamos en un abrazo candente. O quién sabe, en un beso y muchas caricias. En esos momentos que no siento que pase el tiempo. Ni que el tren camine, parece que se ha detenido. No hay ruidos ni murmullo de la gente, solo te oigo a ti susurrándome al oído: "Te quiero, te necesito".Pero son momentos fugaces, efímeros. Sutiles, que se van como se va la noche o como se va el día. Como se van los momentos que paso junto a ti.

A veces la culpa pesa como una piedra en la espalda. Como si cargara todas las culpas del mundo. Como si no terminara nunca. Como el horizonte. Como el cielo. Como tu cuello. Como tus brazos.
Últimamente extraño tus caricias, no sé si necesito más o me das menos pero las extraño.Cómo convencerte de que mi culpa la he pagado.De que mi sueldo está saldado. La deuda por haberte conocido. De que no quiero más pensar en el pasado, porque pesa, pesa mucho. Pesan los errores. Pesa el pensar que no hayan sido perdonados.
¿Por qué no tomamos tu y yo un rumbo diferente en este tren de la vida? ¿Por qué no dejamos todo atrás y hacemos lo que realmente sentimos? ¿Por qué mi menoría de edad no es capaz de pasar por alto mis catorce años para dejarme ir contigo, al menos por un día? 
Por favor, sigamos hacía el norte, que por ahí hace cada vez más frío. Me abrazaré más fuerte a ti. Pasaré más noches contigo.

Y que por mi, no regresemos. Quedémonos donde hay ríos, montañas, lagos, mares y playas maravillosas. Depende de decidir, ¿quieres corregir el rumbo? 
Solo basta con decirle al conductor: ¡Espere, estamos equivocándonos, vamos para el norte, siga pero despacio, tenemos poco tiempo, decidimos corregir, por favor...!
Últimamente extraño tus caricias. Espero, irnos por otro camino, donde nos espera la felicidad completa. Donde nuestros sueños se unen. Donde no te extrañe más. Donde conceptos dolorosos como cristales rotos, como la distancia, no existan. Donde nos fundamos en un abrazo y que no sea uno más de mis extraños sueños. Esos sueños, que me permiten sobrevivir cuando no estás. Así es como quiero estar, ahí es donde quiero dirigirme. Norte. Norte y Este. 727km. Una hora. Siete. Quiero escapar.
¿Vamos juntos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario